Por Que Ningun Partido Habla Nuestro Lenguaje

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Matt Slaby / LUCEO for TIME

Reform activists hold signs advocating the passage of the DREAM Act at an event for Republican presidential candidate Mitt Romney, Feb. 13, 2012, in Mesa, Arizona.

In the latest issue of TIME, author and award-winning Univision anchor Jorge Ramos wrote a column, ‘Why neither party is speaking our language,’ on the political isolation of Latino American voters in 2012. His piece, along with the cover story by Michael Scherer, generated a lot of discussion in the bilingual media. By request, we are providing a Spanish-language version of Ramos’ column. The original piece is available to subscribers online, and in the iPad and newsstand issues of the magazine.

Nadie puede culpar a los latinos por sentirse solos o por sentir que viven en una nación dentro de otra. Tanto el partido Demócrata como el Republicano han fracasado en su intento de entender y conectar con nosotros. Hay 12 millones de votantes hispanos en busca de un candidato que los represente pero, hasta el momento, no lo han encontrado.

El presidente Barack Obama rompió una importante y simbólica promesa de campaña. Y parece que los Republicanos están haciendo un esfuerzo extraordinario para perder el voto hispano. Si los Republicanos no pueden conseguir al menos el 33 por ciento del voto hispano, no van a recuperar la presidencia. Desde Ronald Reagan, todos los candidatos Republicanos que obtuvieron más de la tercera parte del voto latino ganaron su elección. Y todas las encuestas sugieren que Mitt Romney, Rick Santorum o Newt Gingrich no se podrían acerca a esas cifras para noviembre.

(PHOTOS: Being Latino in Arizona)

Los Republicanos están en camino de perder las elecciones presidenciales porque han rechazado todas las propuestas razonables para resolver el problema de la inmigración indocumentada. Por primera vez en una generación, los Republicanos tendrán a un candidato presidencial que no apoya un camino a la ciudadanía para los indocumentados. Reagan, Bush, padre e hijo, y McCain apoyaron un plan de legalización. Pero el rechazo actual de los Republicanos a una reforma migratoria y a siquiera considerar el Dream Act para estudiantes es la fórmula perfecta para perder al grupo de votantes de más rápido crecimiento en Estados Unidos.

A pesar de lo anterior, el tema migratorio no es el más importante para los latinos, según las encuestas. Están más preocupados por conseguir un buen trabajo, escuelas para sus hijos y tener acceso a doctores y hospitales. Pero sí hay que reconocer que el asunto de los inmigrantes indocumentados es muy, muy personal para nosotros. Es un símbolo.

Si tú atacas a los indocumentados, nos estás atacando a todos. Ellos son nuestros vecinos y compañeros de trabajo, sus hijos van a la escuela con nuestros hijos y pelean en las guerras por nosotros, toman los trabajos que nadie más quiere, pagan impuestos y, en general, hacen de Estados Unidos un mejor país.

Pero empecemos por lo básico.

Por principio no les llamen “ilegales”. Ningún ser humano es “ilegal” y hacerlo demuestra mucha hipocresía y una doble moral. Nadie le llama “ilegales” a las compañías norteamericanas que contratan a indocumentados. Las palabras importan. Hay que cuidarlas.

(MORE: Why the Latino Vote in Arizona Could Be Decisive in 2012)

Segundo, nadie se cree los discursos de los Republicanos de que hay que asegurar aún más la frontera con México. El número de indocumentados ha bajado de 12 millones a 11 millones según el Pew Hispanic Center. Las ciudades a lo largo de la frontera con México son algunas de las más seguras de toda la nación. Y la idea de un muro es absurda. ¿Para qué quieren muros tan altos cuando cuatro de cada 10 indocumentados llegan por avión, con una visa, y luego se queda?

Tercero. Si su plan es hacer de los Estados Unidos un lugar tan represivo y tan poco hospitalario para los inmigrantes –como las nuevas leyes antiinmigrantes han hecho de Alabama y Arizona- olvídense del voto latino.

Los Republicanos están desaprovechando una oportunidad histórica para recuperar el voto de los hispanos. Los latinos están muy desilusionados con el presidente Barack Obama porque él rompió una importante promesa de campaña. “Lo que sí puedo garantizar es que tendremos en el primer año una propuesta migratoria que yo pueda apoyar con fuerza”, me dijo en una entrevista en Denver el 28 de mayo del 2008. Pero rompió su promesa. Los latinos le llama “La promesa de Obama”. No cumplió su palabra.

Además de eso, el gobierno de Barack Obama es responsable por la separación de miles de familias hispanas cuyos hijos son ciudadanos de Estados Unidos. Obama ha deportado a más inmigrantes –mas de 1.2 millones- que cualquier otro presidente en la historia. Y aunque últimamente sus políticas migratorias se han concentrado en deportar a criminales, su programa de Comunidades Seguras ha afectado negativamente a muchos trabajadores inocentes que no han cometido ningún crimen.

(MOREExclusive Interview: Marco Rubio Challenges His Own Party on Latino Outreach)

“Los latinos”, Ronald Reagan decía, “son Republicanos pero todavía no lo saben”. De hecho los latinos comparten con los Republicanos muchas cosas: se oponen al aborto, desconfían de los gobiernos que abusan de su poder y tienen valores familiares y religiosos muy tradicionales. Los Republicanos podría haber usado estas similitudes con los latinos –y atacar la contradictoria política migratoria de Barack Obama- para crear una nueva alianza con los hispanos. Pero no lo hicieron. Echaron todo a perder.

Los latinos no tienen la representación política que se merecen. Deberíamos tener al menos 15 senadores y, sin embargo, solo tenemos dos. Pero con una población de más de 50 millones, que crece a ritmos agigantados, muy pronto tendremos nuestro propio presidente hispano.

Se suponía que el 2012 iba a ser un año de esperanza para los hispanos. Pero no sera así. Tenemos que escoger entre un presidente que nos falló y no cumplió su palabra, y un candidato Republicano –él que sea- que no nos entiende.

Jorge Ramos es el conductor del Noticiero Univision, ganador de varios premios Emmy, y autor de 11 libros, incluyendo Tierra de Todos y Morir En El Intento.